Dos asesinos muy parecidos

Dos asesinos muy parecidos, pero con un “modus operandi” muy diferente. A pesar del reiterado uso de la palabra “piojo” y todas sus variantes, muy pocos lo son (los piojos son insectos) y casi todos los importantes son ácaros. ¿Es importante saber si son insectos o ácaros?, y por otra parte, ¿es importante saber de qué ácaros se trata?; ¡por supuesto! Y no necesariamente por darle un matiz técnico científico.

Las palabras valen por la intención con que son dichas; sin embargo y de manera imperdonable para una lengua tan rica como la nuestra, se utilizan comúnmente términos de forma tan amplia e imprecisa que terminan incorporando al lenguaje cotidiano, palabras que significan poco más que nada. Tal es el caso de “piojillo”, piojo negro, piojo del ala, etc.

Términos que usa frecuentemente el canaricultor para referirse a cuanto artrópodo (patas articuladas) ven transitar por encima de sus canarios. Para poder controlarlos, debemos saber: quienes son, de donde vienen, como viven, y cual es el daño que pueden ocasionar a nuestros pájaros. Por ejemplo, los piojos, las pulgas y mosquitos (seis patas, cabeza, tórax y abdomen perfectamente definidos) son insectos, y no vamos a ocuparnos hoy de ellos. De los diferentes ácaros que afectan al canario (ocho patas, forma redondeada u ovoide, sin diferenciación neta entre cabeza, tórax y abdomen) solo tomaremos dos: el ácaro rojo (Dermanyssus gallinae) y el ácaro del norte (Ornithonyssus sylviarum).

Inexplicablemente, la mayor parte de las publicaciones solo se refieren al ácaro rojo. En realidad, los dos son increíblemente parecidos pero sus hábitos son totalmente diversos y eso condiciona la forma en que deben ser atacados. En la mayor parte de los casos ambos son omnipresentes; esto es así por la permanente reintroducción en el criadero de pájaros del más diverso origen, pero también, porque a diferencia de los verdaderos piojos que son específicos del canario, los ácaros parasitan cuanta ave domestica o silvestre encuentran a su paso; podemos encontrarlo en gallinas, perdices, palomas, torcazas, tordos, gorriones, chingolos, etc. muchos de los cuales, atraídos por los granos, suelen entrar en los criaderos sin ser invitados.

Ambos son hematófagos (chupan sangre) y en su tamaño 0,4 a 0,7 mm, el color va del grisáceo al rojizo, según la cantidad de sangre ingerida. La forma y el aspecto, son tan parecidos que a simple vista es imposible distinguir uno de otro. El cuadro común es la anemia, fatal en pichones de pocos días y a menudo en los adultos cuando la infestación es grave.

¿Cuales son entonces las diferencias?

El ácaro rojo, casi siempre el único que tenemos en cuenta, vive fuera del canario, es de hábitos nocturnos y se refugia durante el día, cumpliendo la mayor parte de su ciclo vital escondido en los más variados refugios: en la ranura de los palitos, el doblez de las bandejas, entre papel y bandeja si no se los cambia con frecuencia, entre el forro y el nido, agujeros en la pared, etc. Por la noche, ninfas y adultos, se movilizan para alimentarse de nuestros pájaros.

La velocidad de su ciclo reproductivo está en relación directa con la temperatura ambiente, por lo cual durante el verano es cuando esta tasa alcanza su máxima velocidad (7 días).

El ácaro del norte, por el contrario, transcurre toda su vida sobre el pájaro; sobre él pone sus huevos, no necesita desplazarse para alimentarse y depende mucho menos que el ácaro rojo de la temperatura ambiente (¡él tiene su propia estufa!).

Piojo de la gallina
Imagen 1 – Piojo de la gallina. Menacanthus stramineus (Insecto).
Ácaro Rojo
Imagen 2 – Ácaro Rojo. Dermanyssus gallinae.

Es común ver en la misma jaula un pájaro sumamente decaído junto a su o sus compañeros bien, que finalmente termina muriendo por anemia extrema. Cuando tomamos esos pájaros ya muertos y más o menos fríos, la mano se puebla rápidamente con estos ácaros en búsqueda de calor. Como podemos ver son muy parecidos, pero sus hábitos de vida muy diferentes y su consecuencia práctica es la utilización de distintos métodos para combatirlos. Para el ácaro rojo, viejo conocido de los canaricultores, siguen siendo útiles las prácticas de aspersiones, pinturas, etc. fuera del pájaro, con diversos acaricidas y eficaces aunque con frecuencia tóxicos (como algunos fosforados), carbamatos, piretroides (no tóxicos pero extremadamente irritantes) y el amitraz.

Este trabajo es mucho más fácil hacerlo sobre paredes y toda clase de rendijas fuera de la época de cría, retirando incluso los pájaros para tratar el criadero con más comodidad, como así también en presencia de ellos, teniendo un gran cuidado de no aplicarlo directamente sobre los canarios, en las bandejas de las jaulas, ranura de los palitos, etc. Los carbamatos no son demasiado tóxicos y pueden aplicarse en forma de talco (al 5%) entre el nido y el forro, y sobre el mismo nido antes de colocar los huevos. También se pueden asperjar paredes e implementos con preparados hidrodispersables de carbamatos al 5%. El único producto asperjable sobre adultos y pichones es el amitraz en soluciones en agua al 0,03-0,04%.

El ácaro rojo está fuera de las gallinas refugiado
Imagen 3 – El ácaro rojo está fuera de las gallinas refugiado en un manojo de plumas acumulado en la bandeja de la jaula.
Manojo de plumas con ácaro rojo
Imagen 4 – El mismo manojo de plumas en contacto con la mano.

La situación del ácaro del norte, por su parte, es totalmente distinta, teniendo en cuenta que todo su ciclo vital transcurre encima del pájaro. Para este tipo de ácaros resultan sumamente eficaces los acaricidas sistémicos (pasan al torrente sanguíneo) como la ivermectina, sea por vía bucal, “pour on” (sobre la piel) o sobre el folículo de la pluma arrancada, utilizando en cada caso un excipiente adecuado.

Sin duda el más moderno de los sistémicos es el fipronil (al 1%) mejor si se lo consigue en polvo, pero si no pueden utilizarse las presentaciones “pour on” que existen en el mercado para otras especies ( “Ectoline”). La forma de utilizarlo es en la pasta de cría 4 grs. o cc. por kg. ya preparado durante solo 1 día. Es sumamente eficaz para el ácaro del norte pero no así para el ácaro rojo por su forma intermitente de alimentación y su vida fuera del huésped.

Ácaro del Norte.
Imagen 5 – Ácaro del Norte. A: Hembra antes de alimentarse. B: Hembra repleta. C: Racimos de huevos sobre la pluma. D: Ninfa.
Ornithinyssus spp
Imagen 6 – Ornithinyssus spp.

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